A sincerarnos cada fin de año.
Es mucho más frecuente que seamos las personas mayores quienes, con el advenimiento de cada nuevo año, miremos la lista donde anotamos nuestros logros. Este es un ejercicio responsable y conducente a enmendar errores y también para felicitarnos de nuestros aciertos.
La experiencia, que nos da mayor conocimiento de la realidad, nos aconseja ser acuciosos con los resultados de nuestros actos, sobre todo, frente a las responsabilidades que tenemos: con el hogar, el trabajo y la sociedad.
Responsabilidad en el hogar.
Los padres, responsables de la dirección del hogar y de la educación de los hijos, solemos tener muy claro qué es lo que debemos hacer; sabemos que tenemos que darles: amor, educación, buen ejemplo y todo lo que, dentro de nuestra posibilidad, cubra sus otras necesidades y, entre éstas, la de darle la máxima atención a sus particulares conflictos
Revisemos como van los puentes que debemos, continuamente, tender hacia nuestros hijos para formarlos de acuerdo a sus vicisitudes.
Responsabilidad en el trabajo.
La crisis nos está obligando confrontar una de las más duras pruebas.
La crisis ha sacado fuera de cauce el normal desenvolvimiento de la relación laboral.
Son tantos y tan particulares los casos que obliga a que cada uno, de acuerdo a nuestra posición dentro del centro de trabajo, hagamos un profundo análisis para conocer si hubo justicia en el trato que recibimos o en el que prodigamos. Siempre hay tiempo para realizar o exigir las correcciones necesarias
Responsabilidad social.
Luego de votar, enorme responsabilidad democrática, debemos detenernos en analizar el grado de complicidad que hemos tenido cuando aceptábamos medidas económicas favorables, conociendo que, con el tiempo iban a desvencijar la caja fiscal.
Nunca más debemos ser partícipes de la farra fiscal y si, con la autoridad que esta decisión otorga, ser mucho más exigentes en que funcione una orgánica justicia distributiva y, sobre todo, mucho más críticos y activos contra el máximo flagelo que devasta a los países LA CORRUPCIÓN.