No olvidar nunca más

Cuando recordar es una necesidad social y política.

El olvido está en uno de los extremos de la memoria y pocos son quienes, luego de padecer un drama, tengan el mínimo deseo de querer someterse a la tortura de recordarlo con insistencia.

El recuerdo es otro de los hitos de la memoria y debe ser, para el presente tema, transformado en experiencia, la más útil herramienta para el momento en que se acude a las urnas o se requiere presencia en una justa protesta.

Los pueblos que padecen hoy la crisis económica deben recordar que esta no es simplemente sistémica.

Los lapsos, que transcurren entre una gran crisis y otra, son largos y dejan grandes espacios en la memoria para que puedan caer en el olvido, es más, dan pábulo, en los países ricos a que se aletargue mediante la munificencia estatal guiada por políticos taimados.

Que el pueblo tenga siempre presente que, cuando empiezan los generosos excesos hacia él, es que ya se está desenrollando la cortina que ocultará los verdaderos gastos dolosos.

Pero más alerta debe estar su inteligencia y su memoria cuando los grandes especuladores y su corte de ejecutivos esbirros empiezan a crear el espejismo de la riqueza sin fin.

Nada puede hacerse si no se llega a la absoluta convicción de que ya existe una fuerza, plutocrática apátrida y global, con todos los instrumentos necesarios para generar, para su conveniencia, las grandes crisis.

Grandes empresas globales, gigantes bancarios, fondos de inversión disponiendo de inmensos capitales, paraísos fiscales, legislación y sistemas contables idóneos para especular y una corte de millonarios esbirros: son el arsenal de estos poderosos mortales.

No olvidar es una necesidad política y social. Los hijos y los nietos y los hijos de estos deben ser alertados, dentro de las  comunidades familiares, de la perfidia que existe para conducirlos al pozo sin fondo de la precariedad SIMPLEMENTE POR QUE SE OLVIDO.