Una fuerza plutocrática amenaza al mundo

Una crisis provocada

La crisis mundial de 1929 fue un  producto de la gran farra que se desató en Estados Unidos de Norte América como corolario del consumismo elefantiásico y de la generación de papeles fiduciarios que se transaban a enorme velocidad cuando, la más de las veces, no valían ni la tinta que los señalaba como tales.

Se había caído en el abismo de creer en la generación ilimitada de la riqueza mediante la especulación.

La crisis mundial de 1929 puede encuadrar dentro de las consideradas cíclicas por la forma como se desarrolló, por lo contrario la crisis que comenzó el 15 de septiembre del 2008 con la quiebra del Lehman Brothers, cuarto banco de inversión de los Estados Unidos de Norte América fue: traidoramente urdida, pérfidamente desarrollada y exitosamente conseguida.

Los actores

En Estados Unidos de Norte América se dieron, desde su origen como país continental, todas las condiciones para que surgieran individualidades enormemente acaudaladas que se han convertido en un poder paralelo al del mismo Estado.

Este poder se consolidó cuando gracias a movidas muy conspirativas lograron ingresar, con aprobación congresal, a sus bancos en la estructura de la  FED (Federal Reserve Systems), el organismo que emite el dinero para el Estado norteamericano.

Sin embargo el poder de éstos ricos se elevó sideralmente cuando el 15 de agosto de 1971 Richard Nixon suspendió unilateralmente la convertibilidad del dólar en oro, acordada en Bretton Woods, y  poder emitir discrecionalmente su moneda.

El dólar hacía mucho tiempo que ya se había consolidado como el medio de pago en las transacciones internacionales por lo que Nixon, con su imperial medida, otorgaba a su país, particularmente a los ciudadanos más ricos, el poder de autofinanciarse para la adquisición de los bienes y servicios que requerían del resto del mundo.

Las razones

Las guerras, el petróleo y la especulación con ventaja son parte de las fuentes de la riqueza que ha generado; al decir de  Michael Moore en una alocución pronunciada en Madison, Wisconsin; que los 400 más ricos de EEUU posean tanto dinero como, juntos tienen, los 155 millones de estadounidenses que les siguen.

Esta plutocracia que tiene como prioridad mantener la hegemonía mundial del dólar que les permite autofinanciarse sin límites, no dudó en influir para que se le declarara la guerra a Hussein tan luego éste propuso reemplazar al dólar con el Euro en las transacciones petroleras.

Para éste poder se convirtió en preponderante destruir la posibilidad de un Euro fuerte y competidor con el dólar como medio para las transacciones internacionales; sobre todo en las petroleras.

La inmensidad de sus fortunas y el poder que les confiere les permitiría, en el caso de una crisis más acentuada, comprar barato miles de empresas en todo el mundo.

La metodología

La plutocracia ya venía disfrutando de las medidas que Ronald Reagan había implementado para abrir una  ancha vía desregulada para que realizaran sus inversiones sin cortapisas.

En 1999 el régimen Clinton derogó la Ley Glass Steagall que teniendo como origen la crisis de 1929 tenía la finalidad de impedir que la banca común realizara operaciones especulativas. Con ésta medida se ampliaba enormemente el número de operadores que luego darían tránsito veloz a los bonos que se integraban con hipotecas de pésima calidad.

Se crearon los derivados como productos financieros que permitían empaquetar diversos valores para transarlos convertidos en bonos

Se crearon los conduits, o vehículos especiales de inversión, que permitían a los bancos sacar de sus balances ciertas operaciones

El mercado inmobiliario norteamericano es inmenso, el más grande del mundo y, sin duda, un sector de la economía ideal para desarrollar un intenso y atractivo movimiento bursátil que, como sucedió, ésta vez tenía fines aviesos.

El pueblo de Estados Unidos fue convencido, con intensa publicidad, para que accediera a un consumo extraordinario; endeudarse para la adquisición de inmuebles sobrevaluados.

La FED, el 25 de junio del 2003, redujo la tasa de interés al 1%.

La carnada estaba puesta en el anzuelo. Bancos y financieras se aprestaron para la faena de pesca dándole al pueblo norteamericano largo hilo del carrete crediticio para que accedieran, cientos de miles de personas que jamás habrían calificado para obtenerlo, al crédito hipotecario. Era evidente, por la forma como se otorgaban las hipotecas, que existían motivaciones ocultas.

Estos créditos se otorgaban con tasas de interés variable convirtiendo a los contratos hipotecarios en verdaderas bombas de tiempo que explotarían cuando la FED les quitara la espoleta subiendo la tasa de interés.

Estas hipotecas pasaron a manos de los pescadores, bancos y financieras, que procedieron a empaquetarlas aprovechando los nuevos productos financieros y a transarlas con todo el mundo.

Las calificadoras de riesgo otorgaron a los paquetes, preñados de hipotecas “basura”, excelentes calificaciones que fueron una buena justificación para que ejecutivos venales los adquirieran y vendieran beneficiándose, de paso, con jugosas comisiones y bonos de éxito.

Los entes reguladores, obedientes con el dogma de la libertad especulativa, miraban de lejos como se expandía la operación. Los medios especializados guardaban un silencio nada consecuente con su obligación de investigar.

La gran estafa estaba en marcha para producir la mega crisis. Las hipotecas "basura" preñando los paquetes, ya se encontraban en los activos de miles de entidades bancarias y financieras del mundo, cuando la FED llevó la tasa de interés a 400% más de la que regía en el momento que se realizaron las operaciones.

Así culminaba el plan  "crisis global" con una explosión de morosidad que confirmaron que las hipotecas nunca habían sido otra cosa que "basura".

Las hipotecas "basura" preñando los paquetes, ya se encontraban en los activos de miles de entidades bancarias y financieras del mundo, cuando la FED ya había llevado la tasa de interés a 400% más de la que regía en el momento que se realizaron las operaciones.

Así culminaba el plan  "crisis global" con una explosión de morosidad que confirmaron que las hipotecas nunca habían sido otra cosa que "basura".

Los resultados

Han pasado tres años y las consecuencias de la gran crisis global son  tema de alarmantes comentarios en todos los medios del mundo sin que se aclare el panorama futuro de muchos países.

Se conoce que las emisiones inorgánicas de la FED superan por diez veces el valor de todos los bienes y servicios existentes.

Lo cierto es que la zona Euro ha quedado seriamente resquebrajada, los ejecutivos venales sumamente gratificados y legalmente protegidos y el pueblo, el pueblo, como siempre pagando los platos rotos y víctima de precariedad y desocupación.

Nunca la humanidad se ha encontrado con razones más poderosas para reclamar la gesta de  una reingeniería política que fortaleciendo la democracia impida el triunfo de la corrupción.